La que es hoy por hoy la mejor atleta del país, la antioqueña Caterine Ibargüen increíblemente no tomará competencia de los próximos Juegos Deportivos Nacionales a celebrarse en diferentes partes del país, ante la falta de competidoras para el salto triple, su especialidad.

Según detalla la carta magna de los Juegos, que son las reglas oficiales de la competencia, para que se realice una prueba tienen que haber como mínimo cinco atletas representantes de cinco departamentos.

Lamentablemente y por increíble que parezca, en la tierra de la reina del salto triple femenino, esta simple normativa no se cumplió. Por eso no podremos ver en acción a la mejor atleta colombiana de los últimos tiempos.

Sin embargo, ella no será la única atleta olímpica del país que se queda con los brazos cruzados y frustrada.

Así como Ibargüen, tampoco podrá actuar en los juegos la medallista de bronce de los olímpicos de Londres en judo Yuri Alvear e igual suerte correrá el marchista Eider Arévalo en los 20 kilómetros, todos por la misma situación.

Las otras pruebas del atletismo que se hundieron fueron las de los  3.000 metros obstáculos, el Heptatlón, la bala femenina y la jabalina.

Definitivamente, por la falta de seriedad desde lo administrativo y lo ahora en la preparación y difusión del deporte, los Juegos Deportivos Nacionales no son más que una ‘olímpica vergüenza’, que deben ser el punto de inflexión para el país, en procura de replantear las políticas administrativas el momento más brillante en la historia del deporte colombiano en materia de resultados.